Nunca había estado en un edificio de Tadao Ando y la verdad (lo reconozco), me sentía como yendo a Disneyworld, punto. El primer recuerdo que tengo de Ando, fue por un libro que tenía un primo (estudiante de arquitectura) y quedé impresionado por las fotografías y cómo la luz se movía en una de sus capillas. Eso fue en el año 98 o 99, mucho antes de siquiera imaginarme en dedicarme a la fotografía de arquitectura.
No me defraudó (como sí lo hizo el parque de Disney en su momento).